¿Está nevando esta mañana?
¡Está nevando esta mañana!
¡Ojala nieve esta mañana¡
Enunciativas
Enunciativas o
asertivas: el hablante se limita a exponer un hecho, sin participar
afectivamente en él. Lo que se enuncia es verdadero o falso, y no reclama la
intervención del interlocutor; es un mensaje, por tanto, cerrado.
El modo verbal
característico es el indicativo. La función del lenguaje que predomina en este
tipo de oraciones es la representativa o referencial. Las oraciones enunciativas
pueden ser afirmativas o negativas, según afirmen o nieguen lo enunciado en el
mensaje. La calle está mojada. Hoy no hace frío. Ambas pueden aparecer junto a
adverbios o locuciones adverbiales como efectivamente, evidentemente, ciertamente,
en absoluto, de ninguna manera, ...
Pueden ser afirmativas: María
José es morena; o negativas: Marina no es morena.
Interrogativas
Mediante una oración
interrogativa, el hablante hace una pregunta. Se caracterizan por la entonación
interrogativa y, a veces, por un orden de palabras particular. Pueden ser directas e indirectas.
Las primeras preguntan directamente sobre algún elemento de la oración, o sobre
toda la oración: ¿Quién es Nuria?, ¿Vino Mariano?
Las indirectas forman
parte de una oración compuesta; son, por tanto, proposiciones, y dependen de un
verbo de entendimiento (saber, suponer, averiguar…) o lengua (decir, preguntar,
contar…):
No sé qué habéis
estado haciendo en la feria.
Pregúntale a Juan de
Dios quién es aquella chica.
Exclamativas
Son aquellas
oraciones que ponen un énfasis especial en la comunicación trasmitida o que
expresan una emoción:
¡Qué
miedo me da el nuevo profesor de Matemáticas!
¡Qué
tonterías ha dicho el profesor de Lengua!
La
entonación es la que a veces convierte una enunciativa en una exclamativa.
Exhortativas
o imperativas: son las
que expresan un ruego, un consejo, una orden o una prohibición. Con ellas se
pretende influir en la conducta del oyente. “Ven aquí ahora mismo.” “Abre la ventana.”
En las
oraciones exhortativas predomina la función apelativa o conativa del lenguaje.
El hecho de que sean oraciones dirigidas con frecuencia a un receptor
presencial hace que se emplee mucho el vocativo:
-María
Jesús, tráeme el libro, por favor.
En los
ruegos y consejos (frecuentemente en tratamientos de respeto y cortesía).
-Te
ruego que prestes atención.
-Os
recomiendo que no sigáis por ese camino.
-Hágame
un duplicado, por favor.
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